sábado, 1 de octubre de 2011

***Capítulo 13: Desierto***

Desperté tiempo después. Estaba acostada sobre algo blando y suave. Arena. Seguíamos en el desierto. Escuchaba a alguien hablar en voz baja. ¿Era mi padre?
-... no sabíamos cómo iba a reaccionar...
Sí, era mi padre. Mark estaba sentado frente a mí, con las piernas cruzadas.
<<Mark>>, pensé.
Noté que esperaba que continuara.
<<Por favor, dime que todo esto solo ha sido un sueño. Que nada ha sido real. ¿Verdad que sí?>>
<<Me encantaría poder decirte eso. Pero sabes que no es verdad>> 
Abrí los ojos de golpe y miré a mi padre.
-Samantha...- comenzó.
-Ni me mires, ni me hables... nunca. No te lo mereces.
-Sabes que yo no...
-¿Que tu no qué? ¿Que tu no querías que peleara con Bryan? ¡Mentira!
-No seas insolente- replicó-. No tienes ni idea, no conoces mis motivos- estaba alzando la voz-. Has destruido el plan. ¡No te mereces mi protección!
-¡NO QUIERO NADA QUE VENGA DE TI!- grité-. Eres... Eres... el ser más horrible y despreciable que he conocido en la vida. Prefiero morir antes que pasar una vida entera sin Bryan- susurré-. Sólo dime una cosa: ¿por qué me desmayo tanto?
-Estás débil, por tu transformación.
-¿Aún?
-Sí. Todavía no se ha consumado. Falta lo más importante.
Me volví para plantarle cara.
-¿Cómo que no se ha consumado?
-Todo a su momento, querida -sonrió.
-Vete al cuerno -mascullé-. ¿Y Bryan? -pregunté.
-Se ha marchado.
-Me voy -afirmé.
Miré a Mark.
<<¿Vienes?>>
<<Contigo, siempre. Hasta la muerte.>>
Asentí.
-¿No quieres el báculo? -preguntó mi padre maliciosamente.
Cuando terminó de pronunciar la última palabra, sentí un deseo incontrolable por tener el báculo entre mis manos.
<<Maldito brujo... Siempre con sus hechizos>>, pensé.
De repente, me sentía débil, cansada, exhausta... estuve a punto de caerme dos veces, pero Mark me cogía a tiempo.
-Señor -dijo Mark-, su hija no se encuentra bien.
>>Ella necesita vida a su alrededor... A este paso no sobrevivirá.
<<¿No sobreviviré?>>, le pregunté.
<<Sam, te estás muriendo poco a poco. Tu alma mágica se alimenta de la energía del ambiente; por ejemplo, en medio de un bosque hay árboles, plantas, animales... el ambiente está cargado de energía de la cual sobrevivir, pero en mitad de un desierto...>> , dejó la última frase sin acabar.
<<Pero, solamente muere mi alma mágica, ¿no?>>
<<Si una muere, la otra también>>
Una lágrima rodó por mi mejilla. En ese momento, tropecé de nuevo, y Mark volvió a cogerme.
-Mark... -susurré-, por Dios, Mark, sácame de aquí...
-Llévatela -dijo mi padre-. Yo cogeré el báculo. Llévala al centro del bosque. Intenta que beba agua.
Dicho esto, chasqueó los dedos y desaparecimos de allí.
Aparecimos tumbados en mitad del bosque.
-Sam... -dijo Mark-. Samantha, por Dios... ¡Sam! Háblame, dime algo... Insúltame, golpéame si lo deseas, ¡pero muévete!
-Calla-susurré.
Rió aliviado. Aún seguía apoyada en su pecho. Me sujetó el rostro con las dos manos para que le mirara a los ojos.
-¿Estás enfadada conmigo? -preguntó, repentinamente serio.
-¿Qué hacía Bryan allí? -dije, más o menos despejada.
-No tengo ni idea.
-Mentiroso -sonreí-. Sé que me mientes, pero también sé que  tienes tus razones.
-¿No estás enfadada? -preguntó confuso-. Te enfrentaste a Bryan por...
Le puse un dedo en los labios.
-Hoy he comprobado que eso fue un error. No voy a caer dos veces con la misma piedra.
Él hizo un gesto de dolor.
-¿Qué tienes? -pregunté-. ¿Estás bien?
-Nada... Bueno, es que... todos tenemos un poder más desarrollado que los demás. El mío... bueno, yo siento lo mismo que las personas que me rodean.
-No entiendo -dije confusa.
-Cuando... cuando has notado a Bryan, has sentido muchas cosas.
>>Primero, alivio. Has visto que estaba sano y salvo. Te ha inundado la alegría. Después, ha llegado la duda -me miró directamente a los ojos-. ¿Qué hacía el allí? Luego... luego, has sentido angustia: ¡Habías comprendido que tu padre quería que lucharas... y vencieras! Y, por último, horror, desesperación y miedo.
-Mark...
-Le amas. Más de lo que quieres creer.
-Pero...
-Sam -¡no me dejaba hablar!-, no intentes negarlo. Puedo sentirlo.
-¡Pero es que también te amo a ti! -grité.
Me giré y comencé a caminar, internándome en el bosque. Mark continuó de pie, quieto, mirando cómo me alejaba.
<<Lo siento, Mark>>, pensé. <<No sé qué hacer>>
Cerré los ojos y me dejé llevar. Recordé el árbol inmenso en el que había estado tiempo atrás y me encaminé hacia allí casi inconscientemente. Comencé a correr. Sentí la velocidad y el aire en mi rostro. Llegué rápidamente al gran abeto y empecé a subir. En menos de un minuto ya estaba en la copa del árbol. Me senté en una rama.
Bryan. Mark. Polos opuestos.
-¡No puedo con esto...! -susurré.
-No estás sola -susurró Mark, en mi oído.
-No quiero estarlo -respondí.
Me volví y le miré a los ojos. Tenía las pupilas casi cerradas, de modo que me perdí en un mar de color negro.
-Sam, tú nunca estarás sola.
En ese momento, sentí una necesidad imperiosa de abrazarle, de acariciarle, de besarle. Como si se fuera a acabar el mundo. No caí en que él percibía todo lo que yo sentía. Se acercó a mí, serio, y yo desvié la mirada, incómoda. Pero sucedió algo que no me esperaba: me besó. Abrí los ojos, sorprendida. Pero, luego, me entregué a aquel beso y bebí de sus labios con avidez. Cuando terminó, los dos sonreímos.
Abrí la boca para decir algo. Después, me di cuenta que las palabras estropearían el momento, y guardé silencio. Nos abrazamos.
Justo en ese momento sonó mi movil.
-¿Sí? -contesté.
-Sam, tienes que venir, ¡rápido!
-¿Jessica? ¿Dónde estás? -pregunté.
-En la mansión. No tardes.
-¿Qué pasa?
-Es Bryan -dijo.


#...cascada.de.azucar...#