lunes, 27 de septiembre de 2010

***Prefacio***

Todo había cambiado en un solo día: yo estaba encerrada en un internado. Mi hermano, Joe, sólo podía verme los fines de semana; y, lo peor de todo, era que mis padres habían muerto en un accidente de tráfico. Sólo tenía el consuelo de que, al menos, yo podía ir al entierro. En momentos así, me preguntaba por qué yo no podía hacer nada, por qué tenía que haber visto todo en un sueño la noche anterior, por qué cuando les dije que no salieran no me escucharon... me sentía culpable.

1 comentario:

  1. La verdad esq no hay nada q note alla dfixo aparte de q es genial tu cuento
    TÚ----------------->T.O.D.O

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