miércoles, 20 de octubre de 2010

***4: "MI" Bryan***

Miré el reloj, eran las ocho y media, debía ir al comedor... había quedado con Bryan. No me sentí con ánimos de ir... Pero se lo había prometido. Cogí la chaqueta y me fui. Al principio, fui caminando, pero después, para que Bryan no pensara que le había dejado plantado, fui corriendo. Cuando llegué al comedor, busqué a Bryan con la mirada. Estaba en nuestra mesa, mirando el reloj. No me preocupé ni siquiera de mirar a los demás. Avancé hasta nuestra mesa.
-Perdón por el retraso... lo siento...
-Hola, no pasa nada.
   Me senté a su lado, le miré y él me cogió la mano. Entrelazamos nuestros dedos.
-¿Estás bien? Angélica va diciendo que te ha visto llorando...
-No. No estoy bien... ¿si el director te dijera que no puedes llamar a tu hermano y cuando lo llamas a escondidas él te dice una cosa que puede cambiarte el futuro para mal qué harías? ¿Sonreír y fingir que todo va bien? Yo no puedo hacer eso...-las lágrimas corrían por mis mejillas-. Créeme si te digo que no puedo.
   Me abrazó. Me pilló desprevenida, pero seguí llorando. Todo el mundo que pasaba por nuestro lado nos miraba y murmuraba. Yo oía todo lo que decían. Paré de llorar, pero seguí en el hombro de Bryan. Quería seguir escuchando. De repente, me vino una idea a la cabeza: le contaría a Bryan todo lo que me estaba pasando.
-Bryan... tengo que contarte una cosa.
-Dispara-esa era su palabra preferida cuando tenían que preguntarle o contarle algo.
-Es que... cuando entré en el despacho parecía que no había nadie, pero yo sabía que él estaba allí porque oía su respiración y sus latidos... sé que no me vas a creer... pero ahora mismo mientras lloraba, oía lo que decían cuando pasaban por mi lado, aunque te parezca imposible... y, aunque no me creas...
-Te creo-me cortó-. Y sé lo que te pasa... porque a mí también me ocurrió al principio... Esta noche hablaré con él y, si quiere, vendrás conmigo mañana para comenzar tu entrenamiento y, cuando lo acabes, podrás ayudarme.
-¿Él? ¿Quién?
-Todo a su tiempo, Sam. Todo a su tiempo.
-Pero...
-Sí-me volvió a cortar-, tienes curiosidad, ya lo sé-empezamos a reírnos-. En serio, Sam, todo a su tiempo.
   Lo notaba serio, pero no distante, y eso me reconfortaba. Todo empezaba a ser tan distinto de una vida normal... se tornaba raro y fantástico... y, para alguien sin imaginación, imposible.
-¿Nos vamos al lago?-pregunté como si nada, cuando Angélica pasaba por nuestro lado. Él pilló la indirecta.
-Claro- se levantó, me dió un beso y todos se quedaron mirando. Angélica tiró su bandeja al suelo irritada. Y yo me reí de todo. Bryan me miraba y sonreía. Al ver de nuevo la cara de Angélica me entró la risa otra vez. Hasta que no salimos del comedor no pare de reírme.
-Y yo que pensaba que ésta sería la noche más triste de mi vida...
-¿Todavía sigues preocupada por lo de tu hermano?-asentí-. Pero... si todo se solucionara, ¿estarías contenta?
-¡Pues claro! ¡Me sentiría capaz de todo!
   Corrimos por la espesura del bosque, reíamos y jugábamos a que éramos seres fantásticos. A veces, Bryan parecía ser fantástico de verdad. En el lago, descubrimos un banco de peces amarillos y azules, eran preciosos. Algunas veces, Bryan se columpiaba en las lianas y se zambullía en el agua... Hoy me cogió por la camiseta a medio camino y me tiró al agua, segundos después fingía que no le hablaba.
-¡Oh, venga vamos...! ¡No te enfades!
-¡Pues para de tirarme al agua como si fuera un pez!-al escucharme a mi misma, me entró la risa y me dejé llevar.
-¿Y si fueras un pez?
-No sé cómo lo harías...
-Pues yo sí-entre el tono de su voz y su postura, provocó tal contraste que me entró la risa... otra vez.
-Vamos, quiero cambiarme de ropa-dije. Le cogí de la mano y le arrastré literalmente hasta la linde del bosque.
-Pero, ¿por qué tienes tanta prisa?-preguntó riendo.
-Porque... tengo que... hacer una cosa.
-¿Qué cosa?-preguntó-. Tengo curiosidad...
-¡Eh! ¡Esa es mi frase!-dije socarronamente y me sonrió.
   Corrimos a través del bosque, pero, a la mitad, nos detuvimos, no podíamos más. A partir de ahí fuimos caminando, cogidos de la mano. Era increíble saber que, al fin, estaba con alguien que sabía valorarme, que no me quería para utilizarme. Cuando estábamos a punto de salir del bosque y nos encontramos con las piscinas, intentó tirarme al agua.
-Pero, ¿qué haces?-chillé casi histérica.
   Fingí cabrearme. Entonces, él me empujó al agua, esta vez caí dentro; pero al caer, le agarré de la camiseta y cayó conmigo.

             .   .   .

   Nos detuvimos entre los dos pabellones. Todos salían para ir a los baños, era la hora de la ducha. Nos pusimos uno frente a otro; él me miraba, yo jugaba con la cremallera de su chaqueta mojada. Me cogió la mano y le miré para ver su expresión, ¿estaría molesto por algo? Pero en lugar de eso, me encontré con su rostro lleno de alegría, radiante de felicidad.
-¿Qué...?-me interrumpí al ver que él miraba detrás de mí. ¿Qué podía estar mirando? Me di la vuelta y solo pude decir una cosa.-¡¡¡JOE!!!-salí corriendo en su dirección. ¡Casi nos caemos del impacto!- Pero... me dijiste...
-Olvida lo que dije. Estoy arto de tener que esperar para verte sólo los fines de semana...
-¿Entonces...?
-Lo he falsificado todo...-me susurró al oído-. Después te lo cuento, tengo que darme una ducha no sé si lo sabrás...-me dió un beso en la mejilla y se fue.
   Me di la vuelta lentamente, por si Bryan no estaba. Pero me equivoqué. Lo miré, me sonreía como nunca lo había hecho. Cuando llegué junto a él, le miré a los ojos, él me devolvía la mirada.
-¿Tienes algo que ver con esto?-pregunté sonriendo-. Y no me mientas.
-¿Yo? ¿Mentir? ¿Cuándo?
-¿Empiezo ahora o dentro de un rato?
-Nunca-dijo acercándose más a mí.
-¿Y eso cuándo es?-empezamos a reírnos. Me descuidé un momento y me atrapó en su mirada. Parecían una puerta hacia el alma... pero no encontraba la llave, tal vez porque él no me la había dado... Acercó su rostro al mío, sus labios a los míos... y me dio un beso. Sus labios se movían por los míos como cubitos derritiéndose, estaban helados y mojados. Mientras, todo el que pasaba cerca de nosotros silbaba, cuchicheaba y reía.
-¿Nos vemos después?-pregunté socarrona.
-Después, ¿cuándo?-preguntó, agudo.
-Después...-me reí.
    Llegué a mi cuarto; cogí una mochila, metí la toalla, la ropa y la bolsa de aseo. Me fui a las duchas femeninas, las masculinas estaban justo en frente. Nunca me había bañado con nadie delante, así que fue un alivio ver que las duchas eran individuales. La delegada de nuestro pabellón me dio la llave de mi taquilla: la 347; la combinación... era un poco complicada.
   Después de vestirme (muy rápida), dejé las cosas en la taquilla y me dirigí a la  puerta de en frente: las duchas masculinas. A la vez que yo pasaba, todos se tapaban o se escondían... mientras yo sonreía descaradamente; total, no me interesaban... Me acerqué a un chico que ya estaba vestido.
-¿En qué ducha está Bryan?-le susurré al oído.
-La segunda de la izquierda-contestó en el mismo tono.
   Me despedí de él con un gesto de la mano y fui a la ducha indicada. Abrí y... ahí estaba él, poniéndose los zapatos.
-Pero, ¿qué...?-le puse un dedo en los labios.
-Sólo dije "después"-le sonreí-. ¡Vamos!
   Le acompañé a su taquilla, ¡casi pillo la combinación! Luego me cogió de la mano y echamos a correr. Al salir, aminoramos el paso.
-¡Estás loca! ¡Definitivamente lo estás!-dijo sonriendo muy, muy cerca de mí.
-Ah, ¿sí?-me hice la inocente.
-Sabes que podría haberte visto tu hermano, ¿no?-dijo con malicia.
-¡Bah! ¿Y qué me va a hacer? Máximo pelea en su cuarto...-me eché a reír nada más que de pensarlo-. Como siempre, él gana.
-Y ¿si te ve conmigo?
-No creo que pase nada... bueno, sí...
-¿Qué?
-Me pondré como un tomate-dije y se echó a reír.
-Eso habría que verlo...-me susurró al oído.
-Eres... retorcido... pero yo... lo soy más-me aparté de él.
-Oh, vamos... Ya sé que eres retorcida...
-¡Ah! ¿Que soy... retorcida?-pregunté fingiendo estar enfadada-. Has caído muy... bajo.
-Pero... ¿me estás tomando el pelo no?
-¡Pues claro!-me acerqué y le di un beso.

1 comentario:

  1. me encanta lo saves l unico malo muchos puntos suspensivos por lo demas lo mejor

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