jueves, 7 de octubre de 2010

***Capítulo 3: Nuevos Descubrimientos***

   Unas horas después, me desperté. Estaba empapada, en la orilla del lago. Bryan estaba a mi lado, también muy mojado. Lo miré con alegría y miedo a la vez, no debía estar con él. Quise hablar pero me tapó la boca con la mano. Cogí su mano e intenté quitarla de mis labios.
-No hables. Tienes que descansar-me dijo con un tono frío y distante-. No hace falta que me lo agradezcas.
-Pero te mentí. Sí te quiero. En el comedor... una chica rubia, muy popular, me siguió hasta el baño. Era capaz de ahogarme si no me separaba de ti, me dijo que no te vería más, que no sentiría tu presencia frente a mí nunca más...
-Calla, calla, calla... Lo sé. Jessica estaba en el baño. Me lo ha contado todo en el desayuno. Fui a buscarte a tu cuarto y, como no estabas,  pensé que estarías aquí. Y acerté. Aunque debo añadir que casi me da un infarto cuando te vi en la superficie del lago inconsciente. Me has dado tal susto que casi me ahogo yo también.
-Eso, al menos, me consuela un poco.
-Entonces, ¿eres capaz de alejarte de mí para poder verme?-asentí- Me aprecias más de lo que merezco.
-Puede, pero eso no quita que seas mi pasatiempo favorito-comenzó a reírse.
-Aún tienes el sentido del humor intacto...
-Lo reservaba para ti-dije sonriendo.
-Aún no me has contado que ha pasado para que te hayas quedado sin aire... no era profundo.
-Lo sé. Había una roca que resbalaba y... al lado había algo... no sé el qué... me ha atrapado y no me podía soltar.
-Qué raro ¿no?
-¿El qué?
-Que sólo tú hayas resbalado con la misma roca que yo.
-Me tengo que ir... tengo que llamar a mi hermano desde el despacho del director...
-Te acompaño, si alguien te ha visto conmigo y se lo dice a Angélica no me verás más. Así que, mejor que lo vea ella, la dejaré en ridículo delante de todos.
-Tienes un lado perverso, ¿me equivoco?
-No, mi abuelo fue un pederasta.
   Me frené en seco.
-Es broma-dijo riéndose.
-De todos modos me alegra que vinieras aquí... Significa que no te creíste del todo lo que te dije...
-No. Significa que no me lo creí.
-¿Me he perdido algo?
-Cuando me fui corriendo, iba a ver a Jessica, para ver si ella podía hablar contigo. No te puedes separar de mí así, sin más. Él no lo permitiría...-dijo pensativo.
-¿Él? ¿Quién?
-Nada. Cosas mías...
-Siempre me dejas con la curiosidad... Por cierto, ¿qué hora es?
-Las... -miró su reloj- once menos veinte...
-¿Ya?
-Has dormido bastante... estabas blanca como la cal...
-Sin detalles...
-A sus órdenes.
-¿Vas a tener siempre la última palabra? -se echó a reír.
   Llegamos a los pabellones de las habitaciones, nos encontramos con Angélica, la chica "mala" por llamarla de alguna manera. Íbamos cogidos de la mano. De repente Bryan me cogió de la cintura, me giró hasta ponerme frente a él, puso su mano en mi mejilla y me besó en los labios. Fue lo mejor que me había pasado jamás. Me dejé llevar y... todo el mundo se quedó helado. Todo paró de repente, menos nosotros. Nos observamos y miramos a nuestro alrededor. Todo estaba paralizado. Sentí el miedo agolpándose en mi pecho, estaba histérica.
-¿Qué ha pasado?- le pregunté- ¿Qué les está sucediendo?
-Has sido tú.
-¿Qué?
-Has parado el tiempo...-dijo con una voz tan débil que creí que me lo había imaginado.
-¿Me tomas el pelo? ¿Te crees que soy tonta?
-No, pero no crees en la magia... eso... no ayuda mucho...
-¿Y tú? ¿Crees en la magia?
-Bastante... he crecido con ella.
   Me miró unos minutos, parecía como si me hubiera paralizado yo también. Estaba pensando... en que no era posible que lo que me estaba pasando fuera cierto... pero si sí lo era... ¿cómo lo revertiría? ¿Qué haría para volver a las personas a su vida? ¿Sólo había pasado aquí o en todo el mundo? Era increíble lo que estaba sucediendo pero... a lo mejor si creía en mí misma podría revertir lo que había hecho.
-¿Cómo lo puedo deshacer? ¿Cómo...?
-Ven-dijo. Alargó la mano y me apartó un mechón de pelo de la cara-. Sólo tienes que dejarte llevar.
-¿Y cómo leches hago yo eso?-pregunté desesperada. Me pilló desprevenida. Puso su mano en mi mejilla de nuevo, se acercó lentamente y... me besó. No sabía qué hacer, así que me dejé llevar de nuevo. Era lo único que podía hacer. De repente, todo comenzó a moverse. Sonreí para mis adentros. Pero pensé que, a lo mejor, Bryan era el centro de mi poder. Comprendí que, aunque era casi imposible, había unas cuantas posibilidades de que eso fuera cierto. Sabía que todo había vuelto a la normalidad y que, seguro, todos nos miraban. Al pensar eso me entró la risa y Bryan rió conmigo.
-¿Qué pasa?-me susurró al oído.
-¿Nos estan mirando todos?-pregunté en el mismo tono.
-Sí. Pero, ¿tanto te molesta?
-No... me da vergüenza- me miró a los ojos y comenzó a reírse.
-Por algo hay que empezar para quitarse la vergüenza ¿no?
-Sí, tienes razón- y me besó de nuevo.
   Angélica se acercó, mirándome con desprecio.
-¿Significa eso que sois novios?
   Pensé en contestar, pero Bryan se adelantó.
-Sí, somos novios.
   Lo miré por el rabillo del ojo, él hacía lo mismo. Me sonrió y me guiñó un ojo. Le devolví la sonrisa.
-Te lo advertí-me dijo Angélica-. No me hiciste caso... ¿estás preparada para lo que te espera?
-Creo que sí, todo lo que tenga que pasar acabará sucediendo, al fin y al cabo ¿verdad, Bryan?
-Estoy totalmente de acuerdo, Sam.
-¿En serio? ¿Estás de acuerdo con ésta?- dijo Angélica enfatizando la última palabra-. No me lo puedo creer.
-Puedes empezar por asimilar que nunca estaré contigo... Luego, podrás con lo demás, creo.
-Angélica... -cogí la mano de Bryan-, no pienso acobardarme. Estoy cansada de tus chantajes.
-¿Qué?- dijo con desprecio- ¿Mis chantajes? ¿Lo ves? -le dijo a Bryan- Ahora se inventa cosas.
-Adiós, Angélica -le dijo Bryan fríamente-. No te acerques a ella o sufrirás las consecuencias -se dio la vuelta y nos marchamos.
   Me quedé pensando en las palabras que Bryan le había dicho a Angélica. Me entró la curiosidad al recordar sus últimas palabras. No sabía que Bryan fuera tan protector... Pero, aunque lo fuera... no creo que quisiera hacerle nada a Angélica... ¿o sí?
-¿Sufrirás las consecuencias?-pregunté haciéndome un poco la inocente.
-Era un decir... ¿te lo has creído?
-Más o menos...-contesté con la mirada baja-. Pero, ¿crees que me dejará en paz?
-Es posible-empezó a reírse-. Aunque me gustaría ver su cara si...
-Si...
-Nada, nada...
   Estaba completamente segura de que guardaba varios secretos... Pero, yo sola no podía averiguarlos... Pensé en hablar con Jessica. Pero ahora debía llamar a mi hermano... ya habíamos llegado.
-¿Luego nos vemos?-pregunté.
-Sí, en la cena... después, ¿te apetece ir al lago?
-Claro.
   Sonreí, llamé a la puerta del despacho y entré. Me dirigí a la silla, enfrente del escritorio. El sillón del director estaba al revés, pero sabía que había alguien, escuchaba sus latidos, su respiración. Pero, ¿qué me sucedía? ¿Por qué tenía el oído tan agudo? Tenía que estar alucinando... El sillón se giró.
-Señorita Davies... ¡Qué sorpresa!
-Hola, señor director.
-¿A qué debo tan tremendo honor?
-Casi me ahogo en el lago y...
-¿Querrías avisar a tu hermano?-me interrumpió.
-Sí, bueno, si usted me lo permitía...
-Pues... no. Tu asistenta social me prohibió terminantemente que te pusiera en contacto con tu hermano...
-Pero, ¿por qué tendría que hacer eso?
-No tengo ni idea...-dijo con un suspiro.
-Pero... ¿no puede hacer nada? Esto es un caso especial... ¡he estado a punto de ahogarme!-casi grité.
-¿Un caso especial?
-Bueno... pues... lo he intentado-dije aguantando las lágrimas-. Adiós, señor.
-Adiós, señorita Davies.
   Salí del despacho, fui caminando tranquilamente hasta la esquina y, cuando creí que nadie me veía, salí corriendo. En frente del pabellón de las chicas, me encontré con Angélica. Me cogió del brazo y me hizo volver la cara. Al verme llorando se quedó de piedra, aproveché la oportunidad, me solté y seguí mi camino. Llegué a mi cuarto, metí la llave en el cerrojo, pero no abría... Lo volví a intentar... Después de un rato, la puerta se abrió. Cerré la puerta detrás de mí y empecé a llorar más que antes. Cogí el móvil y marqué el número de Joe.
   Piii... piii... piii...
-¿Diga?
-¿Joe?-pregunté con la voz ahogada.
-¿Sam?-dijo en voz baja-. Pero, ¿qué haces? Si te pillan...
-Joe, ¿qué ocurre? ¿Por qué no me dejan llamarte?
-Saben que soñaste con la muerte de... nuestros padres... No sé cómo se han enterado...
-¿Quién lo sabe, Joe?-no me contestó-¿Joe?
-Tengo que colgar... Te quiero.
   Me colgó. Ahora estaba peor que antes, ¿qué estaba pasando? ¿Quién les había dicho lo de mi sueño?

4 comentarios:

  1. Hola~~ Me gusta como va la historia, es bastante tierna. Me gusta Bryan ♥
    Ya quiero saber que ocurre con Sam y Joe~
    Espero que te pases por mi blog:
    http://relatosdeungatonegro.blogspot.com/

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  2. ^^ gracias =)
    La historia entre Sam y Joe... es algo... peculiar ya lo descubrirás!!

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  3. Está genial, me encanta :) Yo también tengo ganas de saber que pasa entre Sam y Joe... :P Un beso!

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  4. Parece que el capítulo 3 va a ser el mejor... jajaja Besiitos!!

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